viernes, 27 de mayo de 2011

Valquirias, de Paulo Coelho

He sido y aún lo soy,  lector fiel y voraz de Coelho, creo que  ha escrito algunas de las historias más hermosas que alguien pueda disfrutar, pero con dolor he leído sus últimas novelas.

Valquirias es otra historia  que sigue la deriva de las tres anteriores: Zahir, la Bruja de portobello y El vencedor esta solo. En todas estas la historia se caracteriza por un protagonista que desvaría y que constantemente da unos discursos cuyo mensaje de lo enigmático resulta confuso.

En esta novela Coelho narra una experiencia personal en el desierto de Estados Unidos, afirma que  fue real, y no hay porque dudarlo, pero la historia tiene escenas que alcanzan el delirio. Se habla de la tradición mágica a la que el pertenece el protagonista-autor y  su búsqueda de un ángel en compañía de su mujer, para ello tendrán que hacer este viaje en un desierto acompañado de las valquirias.

Pero los discursos en torno a la magia y a los magos resultan raros, no se entiende muy bien el mensaje ni a donde quiere ir a parar y a menudo repite la idea una y otra vez. Habla constantemente de rituales para contactar con ángeles y fuerzas del más allá pero se tiene la impresión de estar leyendo la vida de alguien que ha perdido un tornillo, la maravillosa escena de Santiago el Alquimista cuando en el desierto se comunica con el sol, el aire y la lluvia me resulta mucho más verosímil que los ritos narrados en este libro que según el autor han sucedido.

Y sin ir de feminista, rollo que me cansa, no me gusta el papel que se le asigna a la mujer, sin ningún pudor Coelho se coloca en el rol de macho protector guía por el que las hembras pelean. Las protagonistas compiten por el, y es él en todo momento como líder de la tribu el que decide.

Pero esta novela y sus últimas no son el Coelho que tanto nos gustaba; El alquimista, La quinta montaña, Verónica decide morir, Once minutos… son obras maestras por mucho que se haya dicho que son lecturas fáciles. Aunar la mejor tradición del cuento clásico,  un mensaje hondo que llama a lo más profundo  del ser humano, un historia entretenida, conseguir que lector cierre el libro con una sonrisa de felicidad….  Y todo condensado en doscientas páginas es solo cosa de algunos genios como es Coelho.

Es el autor más vendido del mundo, además sus lectores hemos vivido y hemos hecho de sus historias un mensaje. Quizá eso le haya hecho apartarse algo de la realidad, es inevitable, o quizá los genios no pueden concebir siempre obras maestras.

Le seguiré leyendo por si recupera la inspiración y nos da otro Alquimista. Sería bonito.

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