Quizá es la obra más rica de Lorca, tiene un argumento sublime: el público se revela cuando descubre la verdad, inicia la revolución cuando entiende que la obra era una farsa y que la protagonista era un hombre.
Pero es un “teatro irrepresentable”, necesitas una guía para leer esta obra. Esta llena de expresiones que requieren explicación, se necesita leerla varias veces y muy despacio para coger todos los conceptos subliminales del universo Lorca. Se de gente para la que el solo hecho de que suene raro y transgresivo ya les gusta, aunque luego no entiendan nada de la historia, pero como no tiene sentido ya les atrae. Pero yo no soy así, quiero y necesito entender, sino siempre sospecho que se están quedando conmigo.
Se juega con el concepto del teatro, se opone entre el teatro del gusto burgués y aquel que quiere representar la verdad, pero la cosa le sale mal al director.
Es una obra cargada de erotismo y escenas sadomasoquistas:
“Figura de cascabeles: ¿y si yo me convirtiera en pez luna?
Figura de pámpanos: yo me convertiría en cuchillo.”
También esta presente la homosexualidad de sus personajes, y el trasunto de Lorca en el director sufre por uno de los personajes.
La lucha es entre el teatro que quiere ver el burgués y el real, “el del aire libre”, pero este último es una amenaza para el que se atreve con el. La sociedad (“la mascara”) puede acabar contigo si te atreves a ello como bien cuenta el director en el primer cuadro.
Voy al teatro como el que va a ver una película o lee un libro, por puro entretenimiento y placer, sí, lo admito. Esta obra es irrepresentable, puede hacerse como experimento y puede verse como experiencia pero sino se ha realizado un curso completo sobre el lenguaje lorquiano poco nos puede decir.
El argumento esta bordado, la metáfora es fascinante, el público que acaba con todo cuando descubre un engaño del director, se inicia la revolución y se destruye todo solo porque Julieta era representada por un joven.
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