lunes, 9 de mayo de 2011

Frankfurt

Cruzo el puente sobre el Main y contemplo la increíble vista que ofrece el centro de Frankfurt, es un cielo de rascacielos imponentes. Me dirijo a ellos pero después de mucho caminar parece que nunca  llego, cuando creo estar en el centro de la ciudad no veo los edificios tan altos “me he equivocado, este no es el centro”, cuando vuelvo al hotel y vuelvo a cruzar el río  vuelvo a flipar con la vista de ese pequeño gigantesco Manhatan, “Mañana iré al centro, quiero ver los rascacielos de cerca”. 



Al día siguiente vuelvo al centro y ando y ando y veo edificios muy altos pero no son los rascacielos que contemplo desde el puente, esos que tengo delante de mi no pueden ser los que veo de lejos”. Me voy alejando, vuelvo a pasar por el puente y la imagen me sigue hipnotizando.


Por la zona más concurrida, antes de entrar en el centro comercial Galeria un grupo de diez, creo que iraníes, se manifiestan contra la republica islámica. Otros que son musulmanes árabes se acercan a los manifestantes y empiezan a discutir en alemán. Deduzco que discuten sobre el Islam pero hablan muy rápido y no me entero. La discusión se queda solo en eso.


Entro al centro comercial y hago Windows Shopping, me doy una vuelta, salgo y noto una atmósfera rara, algo sucede en la avenida comercial, a mi lado pasan dos mujeres musulmanas con el rostro tapado, llevan un cartel que si entiendo “Islam ist der Weg des Paradise” (el Islam es el camino del paraíso) y empiezo  a oír a mucha gente gritando  noseque,  ahora no es en alemán ahora gritan en árabe.


Varios cientos de musulmanes se manifiestan por el centro de Frankfurt, les rodean un número no menor de policías que no se despegan ni medio metro de ellos, y ahora me enfado porque no entiendo el árabe. Les sigo por toda la ciudad y terminan en un punto en el que al líder lo recogen en un mercedes mientras todos aplauden.


Se respiraba violencia, pero no se rompieron escaparates ni se quemaron papeleras, la policía que estuvo muy presente ni intervino ni fue provocada, los alemanes que veían aquello pasaban de largo y no parecían cabrearse ni ponían el grito en el cielo. Al día siguiente en clase de alemán la profesora no hizo ningún juicio de valor, sencillamente nos contó que hubo una manifestación.  Pongo las noticias al medio día y emiten el suceso como algo más. 

Por lo demás, viviría en Frankfurt pues se ve que la calidad de vida es altísima, aquello es primer mundo, pero no la recomendaría para visitar ni de momento creo que vuelva. Todo cierra muy temprano y eso me pone triste.

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