Cebrián entendía la historia como una aventura y así la contaba siempre, este libro se lee así, como una colección de relatos y como buen divulgador narra de una manera amena como un grupo de aventureros se lo jugaban todo con tal de alcanzar la gloria. Colón, Cortés, Pizarro, Núñez de Balboa, Magallanes, Cabeza de vaca…. y tantos otros no contaban en su tiempo con oposiciones a la Junta de Andalucía, estos se las tenían que jugar de otro modo.
Quizá el descubrimiento de América es la epopeya más impresionante de la humanidad, estos descubridores si de algo andaban sobrados eran de cojones. En el libro se narra como Colón se empeña en llevar la empresa a cabo por su carisma y convencimiento, cómo Cortés con algo más de 200 españoles inicia la conquista de un inmenso imperio, al poco tendría su réplica en Pizarro que tomó noto y lo primero que hace es tender una celada al emperador y cargárselo. Magallanes era otro que sabía que podía tocar la gloria y si en Portugal le ningunean se va a Castilla a escribir su nombre en la historia nada menos que empezando la era global.
¿Gesta? ¿lo fue? Muchos dirán que aquello fue un genocidio, ¿es Cortes un héroe, un padre fundador o un despiadado genocida? ¿las tres cosas?
Se podría argumentar que el solo fue un hijo de su tiempo, que aún no tenía Internet, que no había estudiado la evolución humana, que no se había leído la carta de los derechos humanos… en definitiva, que no podemos juzgar el pasado con la visión de hoy.
La muerte de un ser humano es algo deleznable, la esclavitud quizá aún más pues es la muerte en vida… ¿pero podemos explicarlo o justificarlo si hablamos del pasado? No me aclaro.
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