sábado, 28 de marzo de 2015

Bruselas y los amigos de verdad

El amigo que haces durante un viaje es un amigo de verdad,  es un amigo para siempre que ya no vas a abandonar. En un cruce de caminos os encontráis y os dais el uno al otro lo mejor que tenéis, al saber que no lo volverás a ver le vas a ofrecer lo mejor de ti y en esa conversación, cerveza y fiesta estas dispuesto a ofrecerle al otro la mayor diversión y mejor recuerdo que pueda llevarse, y eso es regalarle a alguien lo mejor que se puede regalar, por eso ese amigo con el que lo has pasado en grande va a ser un amigo para siempre.

Voy a Bruselas de paso, no me han hablado bien de ella, pero nada más llegar y sin tenerlo planeado en el albergue empiezo a conocer gente de lo más interesante y amable. Dos americanas a las que saludo me invitan a salir con ellas y unos amigos mejicanos que acaban de conocer... esa noche formamos un grupo variopinto: americanas, mejicanos, coreanos, canadienses..... Ya tengo a mis nuevos mejores amigos


No se entiende que siendo la capital de Europa uno no termina de ver la riqueza del norte, hay un patrimonio cultural único pero este ha sufrido atropellos imperdonables. Llego de París y no entiendo como en Bruselas tratan así sus monumentos. Al día siguiente de salir con estos amigos no tengo ganas de visitas guiadas así que me pongo a patearme la ciudad y veo cosas que son auténticas bromas arquitectónicas, crímenes al patrimonio que sin duda alguna han sido planeados, que ni en España nos atrevemos, así que me entretengo en coger la cámara y captar esos chistes.





En una plaza me enceuntro un sorpresa, Godofro del Guillón un tipo interesante del que siempre hablo a mis alumnos: de los primeros que atiende la llamada del Papa de Roma de lanzarse a la reconquista de Tierra Santa.





Poco tiempo en una ciudad, apenas un día y la mita de este con resaca, la ciudad no es muy bonita, descubro una Andalucía en el norte y una capital de Europa más caótica de lo que esperaba pero hete aquí que son de esos viajes que aunque fugaces me dejan un gran regusto en el corazón, sobre todo por esos amigos para siempre que conocí una noche.

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