domingo, 29 de julio de 2012

MUNICH TERMINAL 2. LA IMPERIOSA NECESIDAD DE SER RICO.



En esta terminal uno siente el deseo de ser el tio Gilito. Sabía que merecía la pena no ir al baño en Barajas y aguantarse hasta Munich, mear en este aeropuerto es un capricho que te hace sentir bien.

En cada esquina de la aeropuerto me encuentro grandes máquinas de cafés y bandejas con bolsitas de té, busco por toda la máquina el precio de cada bebida y la intuición era cierta, los cafés y el té son gratis,  y puedes encontrar estás máquina por todo el aeropuerto. Por un segundo me imagino que pasaría si se pusiesen máquinas gratis en algún aeropuerto de España,   el ataque de risa que me da es mayúsculo así que alejo la fantasía.

Entro en una tienda de bolsos y zapatos que se llama Porsche, me enamoro de unas zapatillas que me gritan “no lo pienses, hazlo” pero cuestan hete aquí 320 euros.

“No es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita” En una palabra “¡uf!”. ¿quién dijo esa frase? Sospecho que algún millonario de Munich.

Perdonamos la descortesía de esta ciudad o mejor dicho la entendemos, una de las ciudades más ricas del mundo donde el artículo más barato de una tienda cuesta 100 euros y donde vemos coches, cuyas marcas no conozco pero que seguro valen una pasta, por todos lados. ¿Se puede ser rico en una ciudad rica y a la vez hospitalario y gentil con el extranjero? No lo se, tengo que viajar más.

Es la tercera vez que estoy en Munich pero esta vez no pasaré del aeropuerto, en las otras dos ocasiones he podido disfrutar de una de las ciudades menos hospitalarias que haya podido encontrar. En la primera ocasión hice con mis amigos un tour de pub en pub para ver como en cada uno nos negaban la entrada, en la segunda ocasión ídem, en el hotel nos trataban con desprecio, y durante todo este segundo viaje me esfuerzo por explicarle  a los alumnos que están a mi cargo que los alemanes no son así que en su mayoría son gente hospitalaria y que al final los españoles tampoco podemos dar lecciones.

(Mientras espero el avión he sacado mi mac para integrarme en el ambiente, ahora ya me siento más chic, más munichense.)

Me fascina más esta terminal que la ciudad, aunque el Allianz arena es divertido. Aún así, a pesar de la descortesía y que no haya vistas especiales  sería de buen gusto un millonario de Munich que se compra unas zapatillas de 320 euros.



1 comentario:

Toñi dijo...

Pienso que la gente de esta ciudad ganan mucha pasta,porque solo es posible hacer compras caras si hay un buen suerdo.