viernes, 3 de agosto de 2012

Viena I. Me voy de una casa a otra


Para mi una ciudad perfecta es aquella que te permite realizarte como persona y que además guarda cierto componente de belleza o arte. Para realizarte como persona la ciudad debe ofrecerte la oportunidad de satisfacer todas tus aspiraciones, por ejemplo si tu pasión es aprender coreano y bailar bolliwood, te sentirás más feliz si en tu barrio hay una profesora que da clases de coreano y una escuela de danza donde enseñan bolliwood que si no  los hay. Si tu ilusión es aprender coreano pero vives en un pequeño pueblo alejado de la gran ciudad una de tus aspiraciones se quedará en el camino.

Por otro lado, tampoco tendrá sentido si en esa ciudad para asistir a clases de bolliwood necesitas más de una hora para ir y otra para volver porque también tendrás que ir a la universidad o al trabajo.

Toda mi vida he buscado ese lugar donde belleza y comodidad se den la mano, donde pueda hacer lo que me de la gana y siempre pasee a gusto por las calle de la ciudad.

Habiendo vivido ya en unas cuantas ciudades y habiéndome pateado otras muchas le doy el premio de Traumstadt a Viena. Grande, algo más de un millón de habitantes, pero tampoco en exceso, un transporte público que funciona como un reloj, un centro urbano concurrido pero tranquilo….  Y de una belleza!!!! No te cansas de andar una y otra vez por las mismas calles, es como estar un palacio y cuando por suerte suena la música de algún artista callejero te crees que de un momento a otro la gente va a bailar un Wals


¡¡¡Maldito el día que nací donde nací!!! ¡¡¡Que ciudad!!! No hay nada que no me guste y  compruebo cada día como esta ciudad te ofrece todo aquello que puedas buscar. Solo hay una pega, a las siete de la tarde en verano cuando hace un tiempo fabuloso todas las tiendas  cierran. Pero lo perdono, no todo puede ser perfecto.

Después de hacer dos veces el Camino entendí que iba a estar toda mi vida de peregrinaje, pero a lo mejor ahora veo que mi Santiago está Viena. Me va a doler volver a la realidad.

Guten Morgen WIEN!!!

4 turcos, 2 ucranianas, 1 moldava, 2 búlgaros, 1 japonés, 1 griego, 2 españoles... perfecta la combinación de un grupo de clase para pasar un mes como en familia. No importa que sea julio y llueva a cántaros, también lo pasamos, la profesora no me presiona si me ve distraído haciendo garabatos,  hay compañeros graciosos que sueltan algún chiste que hacen que me parta de risa y me espabile.

A 20 minutos en metro desde el centro se llega a un bosque llamado Lainzer Tiergarten, es enorme,
camino durante tres horas y solo veo una pequeña parte, pero lo mejor es que a ambos lados del camino se ven ciervos y jabalíes. ¿en que ciudad se puede ver eso? ¿en que ciudad puedes pasar del centro a la naturaleza en 20 minutos con el metro?
Después de clase voy a la biblioteca de la universidad, una sala gigantesca con lámparas antiguas y de techo abovedado, pero lo que me conquista es el patio interior, tiene cesped y muchas hamacas, y con toda la calma del mundo antes durante o después del estudio puedes echar tu cabezada ¿dónde he estado hasta ahora?

Parece que en esta ciudad vivió una tal Sisí emperatriz de algo, y también se habla mucho del Mozart ese; inevitablemente la ciudad también cae en el mal del turismo y han montado un parque de atracciones en torno a sus vals, sus mozarts y sus sisís, pero esto, también lo perdonamos. Cualquiera diría que me he enamorado de Viena.








1 comentario:

Mari dijo...

Qué suerte tienen aquellas personas que les gusta viajar y tienen valentía para realizarlo.Juan Jesus,describes lo que ves de manera que entra deseo de de ir a esa ciudad,ver y experimentar lo que tú estás viviendo.¡Buen viaje!