domingo, 29 de julio de 2012

De Viena a Bratislava por el Danubio.


Dos capitales pegadas. Ya que estoy en Viena por unas semanas puedo marcar otro punto en el mapa con mucha facilidad, no lo desaprovecho y elijo un camino que para alguien que sigue siendo muy niño lo va a disfrutar.



Pago 36 eurazos por ir en barco vía Danubio, las vistas son un espectáculo, no puedo dejar de asomarme a la barandilla, aunque el viento es fuerte no deja de impresionare el increíble caudal.

A la llegada  a Bratislava me apunto a un tour  en
autobús para ver la ciudad, pero yo no se, mientras  el autobús marcha empiezo a preguntarme a donde me están llevando, cada edificio que feo es más sucio y feo que el anterior, no encuentro ningún atractivo a la ciudad y cuando por fin termina el tour me doy una vuelta por el centro, pero el centro son tres calles. Muy bonitas, pero tres calles.



Intento buscar alguna ocupación pero es en vano, no hay nada que hacer, el restaurante donde como es caro, la comida es regular y el camarero no habla inglés. Y yo mientras tomo nota porque no me cuadra que un país en centro Europa vecino de países ricos este como está.



¿Para qué se separo de la República Checa? ¿para esto? ¿Duermen más felices los eslovacos siendo eslovacos aunque tengan el país como lo tienen? No me cuadra así que decido documentarme de forma rigurosa en la wikipedia y lo que leo sigue sin darme una explicación. Se separan porque no se sienten un pueblo unido, aunque el coste sea tener un país de tercera regional. ¡¡¡Estúpidos nacionalismos!!!

Llevo cinco horas en Bratislava y me doy por vencido, no tengo nada que hacer en la ciudad, de las cinco horas que he estado me sobran cuatro así que decido buscar la estación de autobuses. La ciudad me reserva una última sorpresa, me indican varias veces donde está la estación, he pasado en tres ocasiones por una parada de autobús con un quiosco y un bar, pero eso es una parada no una estación, pues no, era la estación. La estación de autobuses de la capital de Eslovaquia es una parada de autobús.

En clase de alemán decido preguntarle a mi compañero eslovaco sobre la independencia y sus razones, me responde lo que esperaba, dice que se separaron porque estaban discriminados por los checos. No le respondo pero pienso ¿y para qué? el país sigue sin desarrollarse, si medimos los actos en función de los objetivos aquella independencia fue un fracaso.

En la distancia da todavía más pena ver nuestro país convertido en muchas Eslovaquias. ¡¡Absurdos nacionalismos!!! Que bien duermo siendo andaluz, aunque en mi tierra para llegar arriba tienes que ser familia del señorito, o al menos creértelo, pero que bien que soy andaluz y puedo ver canal sur, soy más feliz así, aunque en nuestras universidades sean nidos de corrupción... pero soy andaluz, ¡¡¡que alegría!!!

1 comentario:

Fernando dijo...

Tienes toda la razón. Yo he visitado Bratislava en dos ocasiones por motivos familiares, ya que allí vive una ex cuñada mía a la que quiero mucho. Parece una ciudad del tercer mundo, recuerda bastante a la Habana, pues claro que han tenido una historia muy parecida. Detestan a los checos, los consideran altaneros y orgullosos....ellos son gente muy sencilla y muy buena en realidad. Volveré por los mismos motivos pero no hay nada mas que hacer allí.